jueves, 30 de julio de 2015

12 días para curar un corazón.

 
Día 1.

Estoy bien, aún no lo puedo creer, no puedo creer que se acabo, respiro hondo y sonrió cada vez que alguien me dice algo. Estoy feliz, estoy tranquila.

Las cosas no se han acabado por completo.

Estoy segura que para media noche tendré un mensaje tuyo diciéndome que me extrañas y que tampoco crees que esto ha terminado.

Porque no lo ha hecho.

Mi mama me pregunta si estoy bien, ¿Estoy bien no? Claro que lo estoy. Puedo sobrevivir unos días sin ti. Ya ha pasado algunas veces anteriormente, y lo logre, con mucho éxito, así que esta no será la excepción.

Estoy bien.

No pasa nada.



Día 2.

Hoy desperté, buscando entre las sábanas mi celular, esperando un mensaje tuyo de buenos días, como acostumbrábamos. Sólo encontré la pantalla vacía, con mensajes ajenos sin importancia, ninguno con tu nombre.

Respire profundamente, cierto, lo nuestro se acabo.

Aún estoy en etapa de negación, hemos peleado muchas veces que siento que esto sólo es una discusión más, todo volverá a la normalidad después que uno de nosotros explote y volvamos a decirnos cuanto nos necesitamos.

Pero tu no has explotado.

Ni yo tampoco.

Le conté a mi hermana que habíamos roto, lo triste es que, ella tiene más esperanzas en que volvamos a estar juntos que yo, considerando que mi hermana jamás simpatizo muy bien contigo. Alega que esto es tan típico de nosotros, pelearnos, odiarnos un rato, para tres días después volver a la normalidad, como si nada de lo que nos dijimos hubiera salido de nuestras bocas.

Por primera vez, espero que ella tenga razón.

Espero que esto sólo sea una discusión más.

Nunca fui buena para las despedidas, y aún no estaba lista para despedirme.

Día 3.

Me siento feliz, me siento libre, siento como si una parte de mi sin descubrir estuviera pidiendo salir a gritos. Mi madre me habla sobre la universidad y por primera vez, estoy emocionada por irme, ansió dejar atrás todos los malos pensamientos, cuento con los dedos el tiempo que falta para poder comenzar una nueva vida. Se que extrañare todo lo que he dejado aquí, pero tarde o temprano, las cosas iban a ser diferentes, por primera vez, me siento lista para ese cambio.

Hoy decidí que no seré como las demás mujeres, que no llorare, ni cambiare mi actitud por un hombre, incluso vi algunas películas que me motivaron a ver el lado bueno de la situación.

Estoy feliz, decidida a cambiar un aspecto en mi vida, abrí mis cortinas (Algo muy raro en mi habitación, ya que vivo en la penumbra total), encendí un incienso de vainilla, y puse a Semisonic a todo volumen, mientras arreglaba mi cama. Encontré un nuevo pasatiempo, hacer brownies, no dejo de hacerlos, a lo que mi madre me dio la grandiosa y conveniente (para ella) idea de venderlos.

¡Gracias mama, por ayudarme con mi nuevo yo!

Me siento renovada, se que todo va a estar bien.

No he dejado de escuchar Closing Time de Semisonic, por la particular línea que aparece al final: "Todo nuevo comienzo viene del final de un nuevo comienzo de alguien más"

No lo pude hacer dicho mejor.

Día 4.

Respiró hondo, y continuo.

Es prácticamente lo que he hecho las últimas dos horas.

Invite a una amiga a salir, a charlar sobre los últimos eventos en nuestras vidas, pero ella esta ocupada, ella va a salir con su novio.

Le dije que no se preocupara, que de todas maneras yo tampoco hubiera podido, (La peor mentira del mundo, doy lástima) mi amiga aseguro que nos veríamos al día siguiente, pero que por hoy, acompañaría a su chico ya que el trabaja y ella casi no lo ve.

Excelente.

Hoy me acabe todas las varitas de incienso que tenía en mi habitación, (Utilice 34 malditos tubos de incienso, incluyendo el olor que odiaba pero había aceptado por amabilidad, durazno) ya no se que más utilizar, por un segundo pensé en rociar aromatizante para baño, la incoherencia de mi idea habla por si sola.

Se esta acabando mi "nuevo yo". Que poco me duro el gusto. Estoy desesperada.

Cada que pasa una canción triste en mi aleatorio, le cambio. Sin pensarlo, sin siquiera saber quién canta la canción.

Me invitaron mis amigas a salir, ellas ya saben de mi reciente ruptura, sin embargo tratan de no tocar el tema, sólo para preguntarme lo esencial. Respondo con facilidad, como si fuera un tema de café, no me da miedo hablar de ti.

Ellas dicen que fue lo mejor, que nuestra relación estaba estancada, que tarde o temprano las cosas iban a terminar así.

Guarde silencio.

Porque sabía que si me adentraba en el tema, mi máscara de "nueva yo" se iba a caer en pedacitos.

Todo es tu culpa, me dejaste, me rompiste el corazón.

Día 5.

Todo el día con mis amigas.

Ellas están haciendo esto muy fácil, no me preguntan por ti, reímos, y disfrutamos nuestros últimos días juntas. Se siente muy bien no extrañarte, se siente magnífico.

Si soy honesta, todavía reviso mi celular para ver si ocurre el milagro de encontrar un mensaje tuyo. Pero no sucede. Aun tengo esperanzas, dentro de mi corazón.

Mis amigas no notan nada diferente en mi, dicen que incluso parezco más alegre y que lo estoy llevando muy bien. Tal vez si lo siguen repitiendo, me la crea. Ellas piensan que el tiempo cura todo, y creo que tienen razón.

Por la noche, encendí la televisión, para encontrarme con la no tan grata sorpresa de una película que habíamos visto juntos hace un tiempo, me paralice. Estuve 4 mugrosos minutos enteros pasmada frente a la televisión, no estaba preparada para el golpe de recuerdos que me trajo una simple película. Sacudí la cabeza, y le cambie de canal. Lo hice bien, estoy olvidándome de ti.

Escribir me hace distraerme, así que en cuanto pude, lo hice, me desahogue, en un largo artículo que publique después. Este hablaba de ti, así como la mayoría de las cosas últimamente. Me recordaba cada 5 minutos en mantener mis pensamientos positivos, mi hermana me preguntaba cada media hora si me encontraba bien.

Al parecer daba una imagen de que no lo estaba, sin embargo yo me sentía extremadamente bien. Las cosas iban de maravilla.

Esto es pan comido.

Para mañana, serás sólo una memoria.

O eso espero. (No, realmente no lo espero.)

Día 6.

Ahora se porque mi hermana me pregunta con frecuencia si me encuentro bien.

Porque parezco muerta.

Estoy muerta.

Fui una idiota al pensar que un año entero de recuerdos se iba desvanecer con unos cuantos días. Me duele el corazón, y me da flojera abrir los ojos.

El pecho me arde, al igual que los dedos. Siento como si una llanta de un tractor pasara por mi cuerpo haciéndome expulsar cualquier signo de vida por la boca. Me siento terrible, pero no se lo digo a nadie. Ellos no tienen la culpa de la decisión que yo misma tome.

Todo esto es mi culpa. Yo te deje. Te rompí el corazón.

Alzo los brazos en busca de los tuyos, pero sólo encuentro la soledad abrasante y la tristeza danzando frente a mis ojos. Ni siquiera puedo llorar, estoy tan vacía por dentro que ni una lágrima se atreve a refrescar mis mejillas.

A dónde sea que mire, veo algo que me lleva de vuelta a pensar en ti. Es Sábado, pero siento que me quiero morir. Mi ‘yo interno’ baja la bandera, ha perdido la batalla. Todos mis intentos de olvidarte han quedado en el pasado, ahora me atormento escuchando melodías que me recuerden a nosotros, y el tren del pensamiento viaja de nuevo a ti, sin siquiera forzarlo.

Una amiga me comento, que disfrutará el dolor, que lo sintiera, que le diera bienvenida hacia mi alma. La idea no me gusta en lo absoluto, no quiero disfrutar la soledad y mucho menos regocijarme con el hecho que ya no estas.

Hoy fui a bailar con mis amigas, me puse la mascara de felicidad que se deteriora con el paso de los días, y me preguntaron por ti. Tus propios amigos me preguntaron por ti.

¿Es que acaso tu no estas tan triste como yo que no le has dicho a nadie?

Me pongo a pensar, que es lo que pasara por tu mente, ¿Estarás en un vacío interminable de emociones frenéticas y cambiantes o por el contrario, pasarás tus días como si nada hubiera pasado, como yo en un principio? De pronto quiero saberlo todo, estoy a nada de hablarte, y preguntarte si la luna brilla tanto de tu habitación que de la mía, preguntarte sobre la oruga que pasa por mi balcón. Cualquier tema que nos lleve a una conversación.

Pero no lo hago. Me voy a mi casa.

Debo confesar, que ese día, llore por 3 horas seguidas, hasta quedarme dormida.

Para mi sorpresa, también estabas ahí, en mis sueños.

Día 7.

Stephen King se inspiró de una compañera de gimnasia para escribir Carrie, el libro que lo llevo a la fama, Óscar Wilde se inspiró en un hombre que trabajaba en una florería cerca de su casa para escribir The Picture of Dorian Grey.

Y yo me inspire en ti.

Todo el mundo me felicita por mi nuevo artículo, mi familia, mis amigas, mis amigos, conocidos de otras ciudades, he visto comentarios muy positivos, al igual que varias personas han compartido el escrito.

No se como sentirme al respecto.

Cuando estábamos juntos, solía siempre bromear del hecho que escribirá sobre ti, en ese momento, me pareció muy lejana la ocasión. Y mirame ahora, dedicándote rimas con tristes versos.

Estoy ansiosa por saber si ya lo leíste o no, si sentiste lo mismo que yo al escribirlo. Si las cosas son para ti, lo que también son para mi.

Pero no lo hiciste.
En vez de hacerlo, me eliminaste de toda red social. Incluso las innecesarias, incluso las que nadie usa ya, me dejaste de seguir. Ahora ya no me siento triste, me siento desilusionada, y enojada a la vez.

Estoy enojada por que tu me estas sacando de tu vida más rápido que yo.

¿Tan poco he significado para tí que ya no quieres saber nada de mi?

Se que suena tonto, e inmaduro, pero a la vez tu lo estas siendo también, decidiste deshacerte de mi de la manera más sencilla, te saltaste el dolor, la angustia, la melancolía, y ahora estas bailando sobre un campo de flores, aliviado porque jamás tendrás que saber de mi.

Me siento profundamente triste. Hoy no probé ni un bocado de mi plato a la hora del almuerzo. He estado escuchando las canciones más deprimentes que alguna vez pudieron existir. Ni siquiera mi banda favorita me ayuda.

Reviso una y otra vez tus redes sociales, sólo para sersiorarme sí has cambiado de opinión, pero no hay ningún cambio. Sigo estando excluida.

Tu le pusiste un punto final a nuestra historia.

Día 8.

De nuevo salgo con mis amigas, fuimos a una terraza a tomar algo y como siempre, hablar sobre nuestras vidas como si no conociéramos a detalle lo que nos pasa diariamente. Lo cierto es que, últimamente, mis amigas son mi soporte.

Como me eliminaste de todos lados, ya no se en donde estas, ni lo que piensas, ya no puedo ver tus fotos y mucho menos preguntarte como has estado. Decidí que si tu puedes deshacerte de mi con facilidad, entonces yo puedo hacer lo mismo. Te devolví la acción, también te elimine.

Estoy mucho mejor, creo que la tristeza de ayer, sólo es una pequeña molestia de hoy. Para mi desgracia, aún tengo mucho frío, mis brazos se sienten frágiles y he descargado mi furia corriendo. Corro, hasta pensar que me voy a desmayar.

Mis amigas están ahí, me preguntan si necesito algo con frecuencia, me siento agradecida, casi como si el mundo por fin me sonriera al terminar la tormenta que parecía no detenerse.

Por primera vez en tantos días, las cosas parecen marchar de maravilla. No quiero confiarme demasiado, porque si lo hago, sucederá algo que me hará perder la cabeza, y mi corazón no puede aguantar otro golpe más. Esta en las últimas.

Pienso que todas las personas llegan a tu vida por algo, algunas se quedan, otras se van, pero cada una de ellas te deja una lección importante. Por el momento, estoy nerviosa, me muerdo las uñas, no dejo de hablar, y cada auto que pasa pienso que eres tu.

Tal vez esto es parte de la superación.

Tal vez no.

Tal vez nunca te supere.

Pero por primera vez, realmente tengo ganas de dejar todo esto atrás.

Día 9.

Llore en el baño del cine.

Llore en el maldito baño del cine.

Te encontré en la fila para comprar los boletos. Ni siquiera me volteaste a ver. Me ignoraste por completo.

Ya no se sí me duele que me hayas ignorado, o que el mundo conspire en mi contra para encontrarme contigo, justo cuando pensé que todo iba bien.

Nada va bien. Me duele, sea cual sea la razón.

Me quede encerrada en un cúbiculo del baño mientras lloraba, trataba de buscar la valentía y mi orgullo en algún lado escondido en mi bolso. Tu sabías que estaba ahí, pero decidiste pasar por alto mi presencia. Sentía que los ojos me iban a explotar de tanto llorar, mi madre me mandaba mensajes preguntado donde estaba y el porque había desaparecido de la fila para comprar palomitas tan de repente.

Me duele, todo el cuerpo. El estómago se me revuelve con el paso de los segundos, siento cólera, tristeza, quiero vomitar, siento que el suelo de repente se mueve. ¿Es un terremoto?.

¿Cómo puedo olvidar a una persona que me dio tanto que recordar?

Te odie, te odie por unos minutos. Te odie por haberme hecho tanto daño y que tu ni siquiera estuvieras consciente. Pero también me odie. Me odie por ser tan vulnerable y pensar que era una joven madura. Me sentí tan especial por poderte olvidar en poco tiempo. Que ingenua.

Tengo que respirar, la película comienza en 10 minutos, me tranquilizo y suspiro, limpiando mis lágrimas con mi falda.

El show debe continuar.

Día 10.

Hoy me fui de fiesta, y trate de olvidarte.

Pero de nuevo, falle.

Trate que el sonido de la música me distrajera, hice bromas con mis amigas, nos tomamos fotos, cenamos delicioso, la noche parecía ser increíblemente tranquila.

Pero al final, falle. Me quebré en los brazos de una amiga. Comencé a llorar sin parar, se asusto, y me dio un discurso bastante útil. Me dijo que ella se había sentido de la misma manera durante mucho tiempo, me juro que las cosas iban a mejorar. Como me gustaría creerle. Me encantaría estar en su lugar y haber pasado por ello, sobreviviendo sin problemas.

Después recordé que todos sentimos el dolor de diferente manera.

Mi madre me pregunto si me sentía bien, creo que mi máscara ya no funciona, en realidad, comienzo a convencerme que ya no tengo una máscara, si no que, camino con el rostro que despierto a diario.

Un rostro de tristeza.

Le confesé que habíamos terminado, me abrazo, y con un beso en la frente basto para volver a abrir la llave de sentimientos dentro de mi. Pasó 4 horas tocando mi puerta para asegurarme que aún estaba ahí.

Ya no reviso mi celular en busca de tu mensaje, porque se que no aparecerá.
Ya no espero encontrarte en la calle, el mundo no es tan cruel para jugarme una broma de mal gusto dos veces.
No hablo sobre ti. Ni evito hablar sobre ti.
Sólo....sobrevivo.

El dolor tiene que pasar, tengo que estar bien. Ya no quiero seguir llorando.

Simplemente me parece inevitable.

La tristeza me cubre con un impermeable gris, no parece querer soltarme, creo que se alimenta de todas las veces que te pienso. El vacío en mi corazón ya no duele tanto, sólo esta permanente, latiendo a cada segundo.

Se que tu también sientes lo mismo. Quiero que estemos juntos de nuevo.

Pero por primera vez, no cambiare la decisión que he tomado.

Día 11.

Hoy hable contigo, por primera vez, estoy enterándome de todo lo que sentías cuando no estaba a tu lado, debo admitir que tu dolor me hizo sentir aliviada, (si, lo sé, eso parece demasiado egoísta de mi parte), me hizo sentir que todavía te importo, que no me has dejado de pensar, así como yo tampoco lo he hecho.

Hablar contigo me hizo tan bien. Hubo muchas cosas que no dejamos claras, hubo tantos piquetes que aún ardían, pero después de charlar por horas, mis sentimientos se sintieron aplacados, el fuego que crecía sin cesar dentro de mi, ahora estaba apaciguado.

Después de unos minutos hablando, me preguntaste si te extrañaba.

Debí de haberte mentido, decirte que si te extrañaba pero que las cosas pintaban a cambiar pronto, sólo que no pude. Te confesé como me había estado torturando mentalmente los últimos días, junto con mis fallidos intentos de ser más inteligente que mis sentimientos.

Pero tarde o temprano, tengo que romper el hábito de estar triste. Y acostumbrarme a estar sin ti.

Creo que ya no puedo sacar más lágrimas, incluso si lo intento, no sale nada. No es porque mis sentimientos hayan cambiado, para nada, estos se han intensificado, sin embargo, soy yo la que ahora piensa hacerse de oídos sordos y endurecer el corazón.

Encontré una caja que iba a regalarte, estaba llena de poemas que ciertos días escribí, ¿Recuerdas cuando te di una caja pequeña con muchos poemas sobre lo intrigante que te veías con la chaqueta de cuero negra? Yo si.

Pero esta caja era diferente, eran muchos versos sobre lo que nunca te pude decir. Si no te molesta, pondré algunos aquí, se que no te importara, quizás ni siquiera leas estas líneas.
"Te pido tiempo, sin embargo, tiempo nos falta
Nos falta tiempo para estar juntos, para abrazarnos
Para tomarte de la mano, para jurarnos amor eterno
Pido tiempo, con la esperanza que me calles con un beso"

"Haces que la vida sea particularmente interesante,
A tu lado olvidó todos mis temores,
En tus ojos se encuentra el secreto de mi felicidad,
Y te aseguro que con eso ahuyentas mis dolores"

Te dije adiós, pero mi mano sigue escribiendo versos.

Día 12.

Ya no recuerdo como lucían tus labios, ni el sonido de tu risa.

Parece que la vida se va olvidando de mi, pero no de ti.

El día de hoy no pensé tanto en ti, no pensé en nada a decir verdad. Siento que las cosas se están poniendo menos turbias, a lo mejor es una broma de mi propio cerebro, queriendo verme sufrir por haber tomado la decisión de dejarnos.

Hoy mi madre entro a mi habitación, y me dijo algo que aún tengo en la cabeza.

"Estoy orgullosa de ti. Estas sufriendo, pero has puesto pie firme sobre no dar vuelta atrás, te estas haciendo responsable de tus decisiones. Y es sólo significa que estas madurando".

Mi corazón aún no se ha curado, tengo en cuenta que en cualquier momento puede romperse mi armadura, y vuelva al día número 1.

Ahora cuando te recuerde, no llorare, sonreiré porque sucedió, sonreiré porque ahora puedo decir que he amado hasta con los dientes.

Para levantarse, hay que caer.

Y me tomó 12 días darme cuenta de ello.

L



viernes, 17 de julio de 2015

Un adiós anticipado.



Sabía que tarde o temprano nos tendríamos que decir adiós. Ya lo había dicho mi madre, "ustedes dos se van a terminar matando algún día", irónico es, que la profecía de mi mama jamás se cumplió (Gracias a Dios), y ella no pudo estar más equivocada al respecto.

Habíamos hablado de esto, muchas veces, en su auto, mientras cenábamos, contando las pecas de su rostro, cuando sostenía mi mano por mucho tiempo y sus ojos se tornaban tristes al momento de preguntarme, que haríamos con el tiempo encima, no era un tabú. El acuerdo era que estaríamos juntos todo el tiempo que pudiéramos, antes de darnos la amarga despedida, y cada quien partir por diferentes caminos, como el destino tenía planeado.

Pase días enteros preguntándome como podría renunciar a una persona que había pintado un arcoiris en un cielo bastante gris. Lo había intentado una vez, sin resultado gratificante. Me convencí, que tenía tiempo suficiente como para prepararme mentalmente.

Sin embargo, ese adiós llego antes de tiempo.

Todo el mundo me preguntaba el porque estaba con una persona emocionalmente inestable. E incluso, debo admitir que llegue a divagar varias veces, por continuaba en una relación tan turbulenta.

Éramos opuestos,

Nadie nos entendía, éramos extraños, éramos...auténticos.

Su carácter era fuerte, siempre seguro de sí mismo, jamás titubeante, intimidaba a cualquier persona, incluyéndome en algunas ocasiones. Pero yo no era una blanca palomita, era despreocupada con el, me exaltaba con facilidad, celosa, y quizás demasiado "light" para su gusto.

Discutíamos todo el tiempo, éramos groseros, y usábamos adjetivos innecesarios para referirnos unos al otro, parecíamos una tormenta, destructiva, e intensa.

Me dijeron muchas veces, "Pues termina con el". Eso ni siquiera era un opción, tan sólo pensaba en terminar la relación y me ponía la piel de gallina. No, no estaba dispuesta a renunciar a el.

¿Cómo demonios íbamos a terminar? Ni que estuviera loca. El era todo para mi.

Fue ahí cuando lo entendí. Eramos todo lo malo, éramos fuego, lluvia, huracán, lava. Pero, también, todo lo bueno en una relación.

El me hacia sentir como una obra de arte, como una flor en medio del dulce otoño, nadie entendía lo que teníamos, pero nosotros si, y eso era más que suficiente.

No nos soportábamos, pero no podíamos estar separados.

El me decía cuando estaba haciendo las cosas mal, no disfrazaba las palabras, era honesto, me conocía de pies a cabeza y sabía que no me gustaría lo que me iba a decir.

El entendía, el sabía cuando estaba triste, cuando estaba enojada, cuando no quería ni que me tocarán del coraje, el conocía ese lado inexplorado de mi ser, el había hecho crecer flores dentro del ático que era mi corazón.

El sabía que tenía una novia demasiado rara , y lo aceptaba, me observaba mientras cantaba canciones de Queen a todo volumen en su auto, me tomaba de la mano cuando caminaba insegura, sabía que hiciera lo que hiciera me haría reír.

El no era como los demás. El me tomaba en serio.

El tenía fe en mi, escuchaba mis planes de ser escritora y mudarme a New York como nadie lo hacía, no me miraba con esos ojos de "que sueños tan guajiros", como alguna vez lo ha hecho mi propia familia.

El era el único que podía dejarme sin argumento, hablábamos de todo, religión, música, cine, política, y parecía que las horas se deslizaban como las hojas caen en invierno, jamás era demasiado el tiempo, nunca tendríamos suficiente uno del otro.

El no era sólo palabrería, me demostraba que me quería, todos los días, a cada momento, me sentía segura, me sentía amada a su lado.

El estuvo ahí, cuando nadie estuvo.

Estoy enamorada de el, y punto. No hay ninguna justificación, ni intento que rimé con el artículo, no quiero hacerme la fuerte y mentir diciendo que es lo mejor, no intentó parecer poética.

A pesar de todo, no cambiaría nada de lo que hemos pasado, porque eso sólo me demostró lo enamorada que estaba. Incluso cuando todo el mundo me juzgo como idiota, lo ignoraba por completo, porque éramos el y yo, contra el mundo, siempre.

Éramos complicados, pero cuando estábamos juntos, me sentía en paz, nuestras peleas siempre las arreglábamos hablando, nunca nos callábamos lo que no nos gustaba, quizás, eso estuvo mal. Quizás debí de haberlo parado, y disfrutado su mano al acariciar mi cabello.

Personalmente, no creo en las amistades después de las relaciones, y no hay nada peor que ello. Me gustaría que fuera así, porque extrañare todo de el.

Extrañare la mirada de locura que me echaba cada vez que decía alguna incoherencia, (que normalmente son muchas).

Extrañare los detalles, siempre acertado, siempre al tanto, nunca me hacia sentir olvidada.

Extrañare la manera en la que se sentía un beso, como una fogata interna, cálida y agradable.

Extrañare nuestras peleas sin sentido, discutiendo que actor había personificado mejor al Joker, o quién había hecho la mejor película de terror del siglo XXI.

Extrañare los clichés entre nosotros, el caballerismo, esa chispa que me indicaba que nuestra relación no era como ninguna otra.

Extrañare ser yo misma, sin maquillaje, con maquillaje, siempre podía confiar en que no me juzgaría, y me querría tal y como apareciera frente a sus ojos. Nunca me sentí tan bien siendo yo misma, diciendo tantas ocurrencias.

Ese torbellino de energía que hacía sentir dentro de mi cada vez que entrelazábamos nuestros dedos, como si nosotros fuéramos los únicos en el mundo, como si nada existiera.

A partir de esta línea, te hablo directamente a ti, amor mío.

Encontraste ese pedacito de mi, llamado corazón, lo cuidaste, hiciste crecer flores en los lugares de mi alma que yo creía ya estaban secos. Me encontré con emociones que yo no sabía que era capaz de experimentar.

Me hiciste a tu medida, y yo te hice a la mía.

Como toda historia, tiene su final, llego la hora en la que sólo peleábamos, los días, las semanas en las que discutíamos sin parar, encontrábamos cualquier excusa para discutir y desconfiar uno del otro, para después prometernos el cielo y la tierra, una vida entera juntos, jurarnos amor eterno en la madrugada.

Fue ahí cuando la felicidad se fue agotando, poco a poco. Sucedió como una sequía en el desierto, esperada. Sabía que las cosas iban mal, ya no se sentía como antes. Ya no podía tocar el cielo con la punta de los dedos.

Y ahora te digo adiós.

Un adiós, que no esperaba, un adiós forzoso. Después de varias ocasiones en las que estuvimos a punto de despedirnos, decidí renunciar.

Quizás no era la mejor salida, a lo mejor, me arrepentiría al día siguiente, lloraría, me pondría a pensar en como iba a hacer para estar sin el, al final, fallar, convenciéndome que cometí la decisión incorrecta.

Un adiós anticipado, por que yo ya sabía que en pocas semanas nos despediríamos, la idea de tener una relación a distancia me daba dolor de cabeza, el no estar cerca de el me asfixiaría y comenzaría con la paranoia tan clásica en mi.

Era un adiós para el que no estaba preparada.

De todas maneras, al final, la que puso el pie fuera de la alfombra, fui yo. Si, yo, quien miles de veces se negó a tan siquiera pensar en terminar la relación.

Decidí que algunas veces, tenemos que renunciar a lo que realmente queremos, para encontrar, lo que verdaderamente necesitamos.

Sin embargo, aprendí tanto de ti.

Aprendí a no rendirme a la primera oportunidad. Rendirse es solamente para los que no les interesa, y tu, cielo mío, tenías mucho más que me interés, tenías, (tienes) mi corazón, en la palma de tu mano.

Aprendí a confiar, a pesar de los errores. Todos cometemos tropiezos, decimos cosas que hieren, tenemos miedo a confiar, es lo que viene después de eso lo que define la confianza en una relación.

Aprendí a escuchar.

Aprendí a perdonar.

Pero hay algo que no aprendí, ni cuando estuve sin ti, ni ahora, a disimular.

Me asusta pensar en un tiempo indeterminado sin ti, me aterra el hecho de que se acabo, enfrentarme a un mundo sin ti me da miedo. Por qué en el fondo, te sigo queriendo, y es un sentimiento que preservara por mucho tiempo.

Estaremos bien, para recuperarse hay que caer. Dentro de unos meses, miráremos atrás con nostalgia, preguntadonos por que el adiós nos dolió tanto. Seguiremos adelante, es normal en este momento que me sienta de esta manera, estoy asustada, no pienso de manera racional.

Tengo que estar bien. En algún momento, el dolor sanara, la herida se va a curar y el sentimiento de abismo desaparecerá.

Aunque si te soy honesta, creo que me estoy mintiendo.

Te digo adiós, anticipadamente, de la manera que no quería.

Siempre alegábamos sobre quien amaba más a quién, y, mi vida, ahora estoy convencida que soy yo. Apuesto el firmamento entero que soy yo la que te adora más.

Ni cien poemas o canciones podrán parecerse a lo que sentía a tu lado. El sol del verano jamás podrá brillar tanto como mis ojos alguna vez brillaron por ti. Te quise de maneras que aún no puedo describir, te quise hasta pensar que iba a estallar.

Te digo adiós, a ti, mi amor, mi tormenta, mi calma, mi felicidad, y mi tristeza.

Nos hemos despedido, sin la intención de jamás voltear a vernos, pero el mundo es un lugar muy pequeño, tarde o temprano, nos volveremos a encontrar, y quizás me arrepienta de haberte dicho adiós.

Y lo siento.

Mucho.

Hasta entonces, te digo adiós, por lo que dure un para siempre.

L

jueves, 9 de julio de 2015

Todo lo que los hombres no le dicen a las mujeres.



Antes de comenzar este artículo, cabe aclarar que no se ha escrito o con la intención de ofender o hacer sentir menos a nadie. Personalmente, no apoyo el feminismo, soy creyente de la igualdad. Sin excepción. 

Dicho eso, creo que ahora si, puedo escribir plenamente, todo lo que los hombres, no le dicen a las mujeres, por alguna u otra razón. 

La semana pasada, estuve haciendo una exhausta pero exitosa investigación adentrandome en la mente masculina, para comprender, o al menos intentar de entender como es que los hombres piensan. Me encontré con una gran sorpresa, comenzando por el hecho de que la mente masculina no funciona con un hámster corriendo en una rueda, como yo creía. 

Sorprendentemente, hay un mundo entero dentro de la cabeza de un hombre, y hay millones de cosas  que no le dicen a las mujeres, estoy ligeramente fascinada por las palabras que usaron a la hora de responder a mi pregunta. 

"¿Que es lo que no les agrada de las mujeres?

Podríamos no acabar hablando de este tema, para empezar, hay millones de cosas que ni las propias mujeres le dicen a otras. (Considerando que las mujeres hablamos tres mil veces más que los hombres) Así que mantuve la mente abierta, teniendo en cuenta que los hombres son extremadamente predecibles. Al final, me terminaron volteando la carta, ya que me atrape estereotipando a los hombres, (cosa que estoy rotundamente en contra) y algunas de las personas a las que entreviste, me dejaron con la boca abierta. 

"Algo que nunca le digo a una mujer, sin embargo me gustaría comentárselo, es que no me agrada cuando le presta demasiada atención a su físico, hay cosas mucho más importantes que ello, y a nosotros nos gustaría conocer esas otras cualidades" 

Primero que nada, me gustaría recalcar que no veo absolutamente nada de malo en cuidar el físico, sobre todo si nos hace sentir mejor como persona, pero por más que me duela admitirlo, chicas...ellos tienen razón. 

No todo en las mujeres es físico, aunque parezca difícil de creer, los hombres SI se fijan en otras cosas a parte del rostro y el cuerpo, no hablando románticamente, (o quizás si) los hombres saben diferenciar una mente brillante, a un rostro radiante, al final, una se queda, y la otra se va. Nosotras decidimos cual. 

La razón por la cual no nos lo dicen, es porque consideran que eso no es de su incumbencia, es algo que nosotras debemos de darnos cuentas sola, con el tiempo, con la edad, con los años, no hay prisa, la cosa es saberlo. 

"A nosotros también nos encantan los detalles, no significa que el caballerismo se haya perdido, sin embargo, nos gustan, nos hacen sentir queridos." 

Esta respuesta me mantuvo pensando unas buenas horas, me impresione, sobre todo viniendo de la persona que menos esperaba, una persona sería, muestra una vez más que no todos somos lo que parecemos, y que hasta el corazón más frío le gusta sentirse cálido de vez en cuando. 

Mujeres, les invito a quitarse la máscara de tradicionalismo que erróneamente tenemos. Nosotras también podemos tener pequeño detalles con ellos, un abrazo, una aperitivo, algún artículo relacionado con un hobbie que les guste, un postre, e incluso una pequeña nota, a quién sea, a nuestro papá, algún mejor amigo, un novio, nuestro abuelo, etc. La cosa es no esperar nosotras siempre el detalle. Las mujeres también podemos dar. 

"Jamás le he dicho a una mujer que se ve muy falsa, pero he estado a punto de hacerlo en ciertas situaciones. Considero que es importante ser uno mismo, para ambos sexos, no sirve de nada que aparenten ser algo no son, nosotros nos damos cuenta muy rápido si otra persona es como dice ser, o sólo usa esa actitud para llamar la atención" 

Chicos, a nosotras tampoco nos agradan las personas falsas, así que puedo asegurar que definitivamente es algo de ambos sexos. Sin embargo, se presenta más en mujeres, por diferentes factores que ni nosotras podemos decidir bien que es. 

Es imposible ser uno mismo, sin ser juzgado. 

Sobretodo por que hay muchas mujeres que aún no saben quién realmente son. 

El mejor consejo que puedo dar en estos casos, es dejar las máscaras atrás, chicas, no queramos dar una imagen de bohemia interesante con problemas existenciales, sólo por atraer algún chico, o ser la rebelde feminista que lucha por sus ideales buscando atención en general. 

Sean ustedes mismas, si les gusta hacer ejercicio, leer un libro, pelear por causas ambientalistas, ver películas antiguas, bailar, viajar, hablar sobre un tema en específico por horas, esta bien, no tengamos miedo a mostrar lo que realmente nos gusta, estamos en el 2015, el poder femenino esta a todo lo que da. Que sea porque a nosotras nos guste, que nuestra personalidad no dependa de la atención de otras personas

La autenticidad jamás se pierde, sea el año que sea. 

"Los hombres cometemos errores, y muchísimos, la regamos más de la cuenta y por lo general podemos aceptarlo y seguir adelante, las mujeres no, para que una mujer acepte que se equivocó, tendrían que pasar mil años luz, y todavía no estarían seguras si ellas fallaron o fuimos nosotros." 

Cierto. Cierto. Cierto. Cierto. 

Por más que lo neguemos, es complicadisimo que una mujer acepte sus errores, creo que a nadie le gusta aceptarlo, la única diferencia es que los hombres tienen más facilidad para dejar ir las cosas, nosotras en cambio, pensamos en ese error y nos negamos a aceptar que fuimos las que lo cometimos. 

Esto es completamente normal, sin embargo depende de la madurez de la persona con la que estés tratando. Definitivamente, la edad es número, podrás conocer a una mujer de 35 años que aún se comporte como una adolescente de 14, o por el contrario, una adolescente de 17, con mentalidad de 25. La capacidad de reconocer los errores, depende de la mente con la que estés. Cada cabeza es un mundo. (Lo dice una persona que tiene problemas severos para aceptar las opiniones ajenas, irónicamente.) 

Reconocer los errores es muy importante, te puede salvar de perder a quién quieres, y te deja una gran lección. Mujeres, a pesar de que nos eduquen desde pequeñas, con el clásico ‘las mujeres siempre tienen la razón’, desgraciadamente no, no siempre la tenemos. 

"No mostramos nuestros sentimientos tanto como las mujeres, pero no porque seamos fríos sin sentimientos como ellas piensan, si no porque nosotros si cuidamos quién entra en nuestra mente y corazón, tal vez nos mostremos nuestras emociones tan seguido, pero cuando lo hacemos, viene directo del corazón" 

Esa respuesta me dejo sin habla, (extremadamente raro en alguien que siempre tiene que decir) y la verdad es que jamás había pensado de ese modo, es cierto, ellos no se complican tanto cuando se trata de sentimientos, pero cuando lo hacen, es por alguien que realmente les ha tocado el corazón. 

Interesante, quizás es por eso que los vemos saltar de la felicidad cuando su equipo favorito de fútbol gana un partido, o cuando se encuentran a alguien que no han visto en mucho tiempo, o los vemos echar lava por la cabeza cuando están celosos.  

Punto para ustedes hombres. 

Después de puntualizar lo que considero, es más importante de mi encuesta, (Ya que lo demás eran sólo asuntos superficiales etc etc bla bla) ya entrados en la conversación, decidí cortarles la inspiración y hacer la pregunta del millón. 

¿Qué es lo que más les gusta de una mujer, pero jamás se lo dicen? 

Y bueno, mujeres, prepárense para las líneas más cursis del mundo, quién diría que los hombres eran todos unos Shakespeare's apasionados, muy al estilo de los galanes en los libros de Nicholas Sparks.

"Me gusta que sean fuertes, nunca he conocido una mujer que no lo sea, son independientes de criterio, y aunque el mundo se les esté cayendo, siempre tienen la frente bien en alto." 

"Me gusta mucho como se visten, sea cual sea el look que las caracterice, siempre se ven bien, saben como relucir a su manera cada pieza que usan. Me llama mucho la atención, se tarden lo que se tarden arreglandose, se ven realmente hermosas con cualquier estilo" 

"Las mujeres si pueden hacerlo todo, y al mismo tiempo si ellas quieren, es un misterio que nosotros los hombres estamos lejos de entender, ¿Cómo le hacen para hacer millones de cosas en un día, sin perder la sonrisa del rostro?" 

"Ellas son lo mejor de este mundo, ¿Que haríamos en un mundo lleno de hombres? Las mujeres son el motor de muchas situaciones, le dan valor a la vida, ya sea una amiga, una novia, una esposa, una hija, y por último pero no menos importante, una madre. La verdad es que, la única razón por la que estamos en ese mundo, es por ellas. Y no hay nada mejor que eso, absolutamente nada." 

"Creo que, mi mayor inspiración en la vida es una mujer, mi madre, ella es todo para mi, es fuerte, independiente, sentimental, e inteligente, no podría ser quién soy ahora de no ser por la manera en la que ella me crió. Ellas son la fuente de inspiración, para casi todo." 

"Me encanta que una mujer sea inteligente, es lo más atractivo que puede haber en el mundo, el maquillaje, la complexión del cuerpo, el dinero, todo eso queda de más si no hay inteligencia. Tampoco es como sí nosotros fuéramos Stephen Hawking andante, pero mantener una conversación sobre historia, política, música, cine, lugares del mundo, o el más simple comentario, es muy importante, no sólo para nosotros, para cualquiera. Dudo, incluso, que las mismas mujeres quieran charlar con otra mujer que no tenga nada en la cabeza más que editar una nueva fotografía para subirla a Instagram." 

P.D. Estos fragmentos son, literalmente, las respuestas de las mentes masculinas a las que entreviste. 

No es tan fácil descifrar lo que pasa por la cabeza de un hombre, podrían estar sintiendo fuegos artificiales por dentro y tener el rostro como piedra. 

Hombres, les acabo de dar un empujón con lo que jamás han dicho, les aseguró que al menos con un punto acerté, lo demás, lo pueden agregar ustedes a la lista imaginaria de interminables cosas que jamás nos dicen, pero se mueren por hacerlo.

Terminare con una frase de James Brown que queda como anillo al dedo para todo el artículo. (La verdad es que me encanta James Brown y aproveche la situación) 

"Este es un mundo de hombres, pero sería nada, sin una mujer" 

L